Si sois de fuera de la Unión Europea, así conseguiréis la reagrupación familiar en España

Hay algo que debemos tener en cuenta y que no podemos negar: España es un país en el que, por sus circunstancias económicas, culturales y geográficas, cuenta y va a seguir contando por mucho tiempo con inmigración.

  • Las circunstancias económicas tienen que ver con que somos un país de la Unión Europea y que ha sido capaz de vencer dos crisis como la del 2007 y la del coronavirus para pasar a ser un país con cimientos económicos sólidos.
  • Las culturales están relacionadas con un idioma o religión que son seguidos y practicados por millones y millones de personas en todo el mundo.
  • Finalmente, las geográficas están relacionadas con que somos el país situado más al sur de Europa, lo que favorece la llegada de gente principalmente desde África.

Creo que debemos sentirnos afortunados por eso. Y es que la inmigración nos puede aportar muchas cosas. Además de la multiculturalidad, que es uno de los principales rasgos de las sociedades desarrolladas, también puede ser importante en términos económicos para un país como el nuestro o como cualquiera de la Unión Europea, países en los que el envejecimiento de la población es más que evidente. Una manera de combatir el desafío que supone el pago de las pensiones en el futuro tiene que ver con el trabajo de los inmigrantes, que va a ser fundamental para poder afrontar el pago de esas pensiones. Todos los expertos lo apuntan.

Es bastante evidente que el crecimiento poblacional que está experimentando nuestro país y que está haciendo posible que tenga un futuro todavía mejor viene dado principalmente por la inmigración. Una noticia publicada en la página web de Newtral desvelaba que el 97’5% de ese aumento poblacional viene dado por las personas de nacionalidad extranjera. No cabe la menor duda de que es un dato que refrenda lo que estamos diciendo y que muestra la relevancia que tiene para nuestro país que siga viniendo gente de otros lados.

No es de extrañar, por tanto, que España se encuentre en una interesante posición en lo que respecta a los países de la Unión Europea que más proporción de residentes nacidos en el extranjero tiene. En total, en el momento de la publicación de esta información, había en España 8’8 millones de inmigrantes, un 18’1% del total. Hay que tener en cuenta que España es uno de los países en los que la inmigración tiene una mayor influencia y esta es una realidad que, por suerte, nos va a acompañar durante toda la vida.

Todos somos perfectamente conscientes de lo duro que debe ser vivir en un país que no es el tuyo… y especialmente si no tienes familia en él y tienes que empezar de cero. Se trata de una situación bastante compleja y que puede resultar complicada para muchas personas, por mucho que luego se terminen adaptando a la nueva realidad que les rodea. España presenta muchos casos como esos. Hay que tener en cuenta que muchas personas de las que se han asentado en nuestro país provienen de países sudamericanos o del este de Europa. Se trata de personas que muchas veces no pudieron venir aquí con sus familias.

Se hace necesario, por tanto, que los países a los que han llegado esos inmigrantes ofrezcan la posibilidad de una reunificación familiar. Normalmente, con los países de la Unión Europea no suele haber muchos problemas en este sentido porque estamos relativamente cerca unos de otros a no ser que hablemos de personas que vienen de países del este de Europa (Ucrania, Rusia, los países bálticos, Bulgaria…). Pero la situación se convierte en algo mucho más difícil cuando hablamos de personas que vienen del África subsahariana o de Sudamérica, que sí que se encuentran a muchos kilómetros de distancia de su tierra natal.

Hay muchas ciudades y pueblos en España que han crecido de manera considerable gracias a la llegada de inmigrantes de todas las partes del mundo y mi municipio natal es uno de ellos. Por eso, conozco a muchas personas que se han encontrado en esa situación y que han tenido la oportunidad de traer a sus familiares a nuestro país gracias a la posibilidad que brinda la ley nacional sobre reagrupación familiar para ciudadanos que no son de la Unión Europea. Varios de mis conocidos más cercanos que se encuentran en esta situación han confiado en Nostrum Legal y que han podido conseguir su objetivo de manera tan rápida y eficaz que han recomendado el servicio al resto de personas que se encuentran en sus mismas circunstancias.

Todo el mundo merece una vida mejor 

Hay que acabar con todos los discursos racistas que hay tanto en nuestro país como en otras partes del mundo. Nadie viene a España a quitarle el trabajo a nadie, sino que las personas vienen a conseguir una vida mejor que es perfectamente compatible con una buena vida también para los que somos de aquí. Lo contrario son mentiras, así de simple.

Estoy plenamente convencido de que nadie que sea de Colombia, Ecuador o China elige vivir en España porque sí, porque no tiene nada mejor que hacer. Si hay tanta gente que esté obligada a hacer eso, es porque en sus países de origen no se dan las condiciones necesarias para vivir con la comodidad que les gustaría. Incluso hay casos de personas que llegan huyendo de su propio país por culpa de un conflicto bélico o de la extrema pobreza que se vive todavía hoy en muchos de los países que forman parte de la geografía mundial.

Por otro lado, es perfectamente posible, e incluso necesario para los intereses de nuestro país, que tengamos inmigración. Nos va a venir de perlas para tener manos jóvenes que puedan seguir trabajando. Somos un país que está envejeciendo de una manera rapidísima y la manera de seguir contando con gente joven es hacer posible que todas esas personas que vean en España una oportunidad de futuro puedan disponer de ella y ayudarnos con sus tributos y su fuerza de trabajo.

Es curioso que muchas de las personas que ven en el caso de los Estados Unidos una referencia en todos los sentidos quieran al mismo tiempo que en España se controle la inmigración. El gigante norteamericano se convirtió en un estado de grandes dimensiones precisamente por la llegada de inmigrantes procedentes de todos los lugares del mundo. Resulta curioso que, para intentar parecernos a ellos en la actualidad y estar a su altura, haya personas que promuevan lo contrario. Ni tiene sentido ahora ni lo va a tener nunca.

También podríamos hablar de la cantidad de ocasiones en las que los españoles y españolas nos hemos visto en la obligación de salir de nuestro país para buscar una vida mejor. Ocurrió después de la Guerra Civil, un momento en el que buena parte del país estaba en ruinas y en el que el hambre caracterizaba la vida de millones y millones de personas aquí. También nos vimos obligados a salir de nuestro país por centenares de miles en cuanto llegó la crisis económica del año 2007. Buena parte de los jóvenes que nuestro país había formado tuvieron que marcharse a otras zonas para poder tener salidas laborales como las que necesitaban. Y otros países les acogieron como merecían.

Tenemos que acostumbrarnos a una vida en la que, con independencia de cuál sea el entorno en el que vivamos, domine la multiculturalidad. Es una ventaja de la que todos y todas podemos sacar provecho. Y, a fin de cuentas, es algo que refuerza nuestra humanidad. El mundo es de todos y seguro que no nos gustaría saber que existen lugares en los que, por el mero hecho de ser de una nacionalidad concreta, nos ponen pegas para vivir con normalidad. Esa no puede ser la base de un mundo civilizado.

Además, si España es un país al que llegan inmigrantes de todo el mundo, quiere decir que el nivel de vida que tenemos aquí es más que aceptable y que las oportunidades para encontrar trabajo son buenas. Estoy seguro de que todas las personas que estáis leyendo estas líneas preferís eso a que no haya nadie que venga a España por el hecho de que no sea interesante hacerlo (lo que sería sinónimo de la existencia de un pobre nivel de vida o de la nula cantidad de oportunidad laborales en este país).

Todo el mundo tiene claro que España es un país en el que se puede vivir de maravilla y esperamos que así siga siendo. Es lógico, normal y habitual que todos los países en los que el nivel de vida sea mayor tengan mayores tasas de inmigración. Sería idóneo que todos los países del mundo dispusieran de un nivel de vida suficiente como para que nadie tuviera que irse por la falta de oportunidades profesionales, por culpa de una guerra o de la inestabilidad política o por la situación de excesiva pobreza. Por desgracia, todos y todas sabemos que esa no es la realidad.

 

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