Quien no cuida de su piel es porque no quiere

Nos merecemos el mejor cuidado que nosotros y nosotras mismas podamos dedicar. Hay que cuidar de nuestra salud y poner en liza todas las herramientas de las que podamos hacer uso para prevenir la aparición de enfermedades, pero también debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para garantizar nuestra mejor imagen, para garantizar nuestra belleza. Lo cierto es que las dos cosas, salud y belleza, están más ligadas de lo que podríamos llegar a pensar y creo que esa es una gran ventaja para todo el mundo.

La verdad es que esto requiere de un trabajo diario. Son muchas las zonas de nuestro cuerpo de las que tenemos que estar pendientes de manera continua. Y una de ellas es la protagonista del artículo que habéis empezado a leer. Hablamos de la piel, una de nuestras mayores señas de identidad. No cabe la menor duda de que es absolutamente necesario cuidar de ella porque, en primer lugar, es lo que recubre todo nuestro cuerpo, todo nuestro interior. Pero es que, además, tiene una enorme importancia en lo que a la belleza se refiere.

Ya sabéis que las arrugas en la piel no son buenas compañeras si lo que pretendemos es destacar por nuestra belleza. A día de hoy, existe una gran cantidad de maneras de prevenir y retrasar su aparición. Pero ojo, que las arrugas no son las únicas amenazas para nuestra piel: también las hay en forma de aparición del cáncer. Como consecuencia de unos cuidados deficientes o la falta de los mismos, muchas personas han tenido que padecer un cáncer de este tipo. No ha ayudado, en este sentido, que vivamos en un país en el que hace mucho sol y en el que existen unas altas temperaturas a lo largo del verano.

Podría decir que el número de productos que se comercializan a día de hoy para cuidar la belleza y la salud de nuestra piel ha batido todos los récords. Y una buena prueba de ello la podemos obtener si accedemos a una web como la de Pibu Cosmetic, donde pueden encontrarse limpiadores, sérums, cremas, exfoliantes, mascarillas, productos para garantizar la protección solar, aceites… Creo que quien no cuida de su piel en la actualidad es porque no quiere.

Estamos hablando de un asunto que hasta prácticamente este siglo XXI había pasado desapercibido para todas aquellas personas dedicadas al mundo de la salud y la belleza. La verdad es que, en lo que tiene que ver con los riesgos de la incidencia del sol en nuestra piel, considero lógico que se haya alzado la voz con mayor ahínco ahora que la temperatura media del planeta está subiendo y la incidencia de los rayos ultravioleta del sol es mucho más peligrosa como consecuencia de la degradación, entre otras cosas, de la capa de ozono.

Investigando acerca de los riesgos concretos que conlleva para la piel no protegerse del sol, he dado con una noticia publicada en el diario La Opinión de Málaga en la que se especifican algunos de esos peligros, que son los melanomas, las arrugas, manchas que son difíciles de quitar, quemaduras y vejez prematura. La aparición de cualquiera de estas cosas no solo es un problema desde el punto de vista de la belleza, algo que tanto nos importa en los momentos en los que nos encontramos, sino que también equivale a problemas desde el punto de vista de la salud, que es mucho más serio y que exige una respuesta inmediata por nuestra parte.

En este sentido, y de acuerdo a la experiencia que me han ido dando los años, puedo considerar que con el cuidado de la piel pasaba hace algún tiempo lo mismo que con el cuidado de nuestros dientes: sabíamos que era necesario estar al tanto de este tema y seguir los consejos de los expertos, pero solo cuando se manifestaba alguno de esos problemas era cuando tomábamos cartas en el asunto para tratar de corregirlo. En otras palabras: apostábamos más por la corrección de los problemas que por la prevención de los mismos, cuando lo que debemos hacer es exactamente lo contrario.

La mayoría de los españoles no cuidaba su piel 

Es justo entonces que consideremos que la mayoría de los españoles y españolas no cuidaba de su piel. Y así lo corrobora otra noticia, en este caso propiedad del diario El Mundo, en la cual se pone de manifiesto algún dato como que más de una cuarta parte de los españoles nunca usaba protector solar o que la mitad no se hidrataba la piel de manera regular. Estamos hablando de datos que no son del siglo pasado, sino que hacen referencia al año 2007, que es el momento en el que se publicó esta información.

El mismo artículo al que acabamos de hacer referencia también ofrecía un decálogo de acciones para cuidar al máximo de nuestra piel. Se trata de una serie de consejos que considero bastante útiles y que deberíais conocer para sacar el máximo rendimiento a vuestra piel y conseguir que brille y esté sana.

  • El primero de ellos consiste en conocer perfectamente cuál es nuestro tipo de piel.
  • También se hace hincapié en la necesidad de limpiar nuestra piel al menos dos veces al día.
  • Protegernos del sol, como ya hemos venido indicando, es básico.
  • Si tenemos la piel seca, lo idóneo es que usemos una crema nutritiva cada día.
  • Si la piel es grasa, usar una crema específica para este tipo de piel es la solución optimizada, sobre todo para evitar que se taponen los poros.
  • Si es sensible, también conviene usar una crema hidratante específica.
  • Un tratamiento para evitar el envejecimiento es también algo que cada vez suele tener una demanda mayor entre las personas interesadas en cuidar de su piel.
  • La piel que compone el contorno de ojos es mucho más sensible, así que conviene cuidarla y estar pendiente de ella.
  • Es importante usar maquillajes que dejen respirar a la piel.
  • El decálogo termina con el consejo de que cuidemos de la piel de todo el cuerpo y no solo de aquella que forma parte de nuestra cara.

Es importante que sigamos todos estos consejos. La piel tiene memoria y, si no cuidamos de ella ahora, los efectos de esa falta de cuidado los podemos notar dentro de algunos años. Por eso suele decirse que es muy importante cuidar de la piel de los niños, que por regla general es menos rugosa y les protege menos. No podemos tener una visión cortoplacista en este sentido porque los efectos negativos a largo plazo pueden ser devastadores. Y es obvio que no es nuestro objetivo pasar por ellos ni mucho menos.

Pero no os fiéis los que ya seáis mayorcitos. Este tema no es algo que podamos dejar para mañana, y mucho menos en estos días en los que el sol y el calor aprietan. Aunque no vayáis a la piscina normalmente o no tengáis previsto ir a una zona de playa, acordaos de la crema solar y de todas las cosas de las que hemos hablado. En todos los lugares de nuestra geografía hace calor (en algunos más que en otros, sí, pero hace calor en todos ellos) y que nos demos un baño no debe ser el único motivo por el que cuidemos de la piel.

Ni que decir tiene que no os podéis olvidar de otros asuntos que tengan que ver con la salud pero que no afecten directamente a la piel. Debéis tener en consideración que todo lo que tenga relación con la salud va a afectar a vuestra calidad de vida de una manera frontal y directa. Podemos tener el mejor trabajo del mundo y podemos tener una cuenta bancaria que realmente nos pueda garantizar el futuro pero, si no tenemos salud… ¿cuál es precisamente el futuro que nos espera?

Hay que valorar más todo lo que implique tener salud. No hay peor noticia que nos puedan dar que la de comentarnos que algo en nuestro cuerpo no va bien y que podemos estar sometidos a algún tipo de peligro. Ya no solo es que eso afecte a la calidad de vida que tenemos, sino que también puede provocarnos la muerte. Y muchas de las cosas que pueden llevarnos a esa situación se pueden combatir si las identificarnos a tiempo. Estando pendientes de nuestra salud, tendremos más opciones de hacer esa identificación y no esperar a que sea demasiado tarde.

Estad pendientes también de esas personas que tenéis a vuestro alrededor para recordarles la importancia de lo que estamos hablando. Hay muchas situaciones en nuestra vida que nos pueden conducir a olvidarnos de nuestra salud y es interesante que haya gente a nuestro alrededor que, aunque sea en momentos concretos, esté dispuesta a recordarnos lo relevante que es que sigamos haciendo posible la ejecución de todas esas actividades que tanta importancia e influencia van a tener en nuestra buena calidad de vida y que pueden marcar la diferencia entre la felicidad y la infelicidad más absoluta.

 

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