Varios de los elementos más importantes que componen una vivienda son las ventanas. Y no es de extrañar. De la cantidad y la apertura de las ventanas de nuestro domicilio dependerá la luminosidad de nuestra casa, un aspecto que siempre es de lo que más se valora a la hora de comprar o no el inmueble. Cuanta más luz solar entre, mayores son las expectativas de venta.
Sin embargo, a pesar de sus innumerables ventajas, es necesario tener presente que si no tenemos un buen cristal o vidrio para cubrir esas ventanas podemos padecer infinidad de problemas. El primero de ellos está claro: la entrada de aire frío en invierno, con sus fatídicas consecuencias para nuestra salud y bienestar. La segunda no es menos grave: el no aislamiento de ruidos, otro aspecto que de no cuidarse puede ser nocivo para nuestra vida diaria.
Cada vez estamos viendo que es más frecuente el uso de vidrios exteriores para garantizar un aislamiento acústico mayor, especialmente en las grandes ciudades. Nos estamos empezando a dar cuenta del valor del silencio y la tranquilidad, un aspecto que es clave para garantizar nuestro descanso. Por eso también me sumé a esta corriente y decidí que era tiempo para instalar este tipo de vidrio.
Vivo en el centro de Bilbao y tengo que decir que, aunque es una ciudad que me encanta, es muy difícil escapar a los ruidos que día a día se producen a causa del movimiento de miles de personas por mi zona. Es agobiante y por eso tomé la decisión de instalar vidrios exteriores. Esperaba que eso acabara con el problema.
Sin embargo, como no sabía nada acerca de qué empresas se dedicaban a la instalación de este tipo de ventanas, tenía miedo de confiar en las personas equivocadas. Le pregunté a uno de mis mejores amigos para obtener información y me comentó que una empresa de Santander había instalado las ventanas de su casa y que estaba muy contento con ellas. Me facilitó la dirección: www.ventabria.com.
Contacté con ellos y les comenté qué quería exactamente. Me comunicaron que me instalarían los vidrios exteriores sin ningún problema, al precio más competitivo del mercado, de manera rápida y sin molestias. Y así fue. En unos días ya lo tenía todo instalado y pude empezar a disfrutar de sus ventajas. Los trabajadores me comentaron que, además de aumentar el aislamiento acústico (que era mi principal objetivo) también conseguía aumentar el térmico y, por tanto, podía permitirme reducir el gasto en calefacción, cuestión ésta que no es baladí en los tiempos que nos ha tocado vivir.
La contaminación acústica, un factor molesto de las grandes urbes
Según informan los responsables de Medio Ambiente de la ciudad de Madrid, todos aquellos ruidos que, además de ser molestos para los ciudadanos alteran su bienestar y su calidad de vida deben ser considerados como contaminación acústica. En una ciudad como lo es la capital de España, como es también Barcelona o también la urbe donde resido, Bilbao, este tipo de ruidos existen más de lo que nos gustaría a muchos. Ruidos de los motores de los coches, pitos, voces e incluso los aviones son los principales responsables de dicha situación.
En definitiva, es la propia actividad humana la que genera este tipo de contaminación. Y para combatirla uno de los mejores remedios es el que he tomado mediante la instalación de vidrios exteriores, algo que ya me está reportando muchos beneficios como lo son la paz y la tranquilidad de las que disfruto ahora en mi piso. Mi vida ha cambiado a mejor y, desde luego, eso es lo más importante.