No esperes más para usar tu piscina; la tendrás a punto con estos consejos.

Quizá aun no estemos en verano, pero el calor se acerca cada vez más, y cada vez somos más los que estamos guardando las sudaderas y pantalones largos en el armario. Con esta subida de temperaturas ya sabemos que viene después: ¡querer refrescarnos en todo momento! Y si no tenemos la playa cerca, pero sí tenemos la suerte de tener una piscina lo tenemos claro ¿verdad?

Sin embargo, el disfrute de la piscina no suele ser tan inmediato como todos creen, ya que tenemos que tener en cuenta que en la mayoría de casos, las piscinas se llevan más de 7 meses sin ningún tipo de interacción o cuidado. Y es que, a pesar de que este tipo de infraestructura lleva implícito un estricto mantenimiento de la misma, muchas personas se niegan a hacerlo por el coste que supone o por el trabajo que conlleva en sí mismo.

Aun así, es importante destacar que sí merece la pena, puesto que, si la piscina ha sufrido problemas durante los meses de invierno, necesitaremos aplicar una serie de arreglos antes de volver a usarla, lo cual se traducirá en un mayor tiempo de espera para usarla y unos gastos imprevistos que a nadie le gustan. Además, es importante destacar que muchos problemas que surgen durante el invierno son difíciles de reparar.

Aun así, no desesperes, ya que en este artículo vamos a abordar este tema y vamos a proponer una serie de soluciones para que puedas usar tu piscina cuanto antes.

¡Empezamos!

¿Qué mantenimiento necesita una piscina?

Como hemos mencionado, el mantenimiento de una piscina es fundamental para garantizar su limpieza, seguridad y durabilidad, y por ello debemos hacer hincapié en los siguientes pasos que nos garantizarán un uso seguro en todo momento:

  1. Limpieza frecuente.

Para que la piscina esté a punto, es importante limpiar los escombros, hojas y otros desechos de la superficie de la piscina con una red de mano o un “skimmer”. También se debe limpiar el fondo de la piscina con un limpia fondos automático o manual.

  1. Control del pH y productos químicos.

Es esencial mantener el equilibrio químico del agua de la piscina para evitar el crecimiento de algas y bacterias, y también para proteger la piel y los ojos de quien se bañe. Para ello, deberemos comprobar con frecuencia el pH del agua y ajustarlo según sea necesario, además de comprobar también los niveles adecuados de cloro u otros desinfectantes que usemos en la piscina.

  1. Filtración.

El sistema de filtración de la piscina debe funcionar correctamente para eliminar partículas y mantener el agua limpia y clara. Asimismo, no debemos de olvidarnos de limpiar regularmente el filtro según las recomendaciones del fabricante.

  1. Mantenimiento del sistema de bombeo.

El sistema de bombeo de la piscina, que incluye la bomba y el motor, debe ser revisado y mantenido con frecuencia para asegurar su buen funcionamiento. Gracias a este sistema, el filtrado funcionará correctamente y el agua estará limpia ¡no lo olvidemos!

  1. Reparación de fugas y daños.

Cualquier fuga en la piscina o daño en el suelo o paredes debe ser reparado de inmediato para evitar problemas mayores y pérdida de agua.

  1. Mantenimiento durante el invierno.

Como mencionamos anteriormente, es importante mantener también la piscina durante el invierno, ya que en ciertas zonas donde hace mucho frío las tuberías y los equipos pueden sufrir congelación; para ello, podemos agregar productos químicos específicos que se encarguen de mantener el agua en buenas condiciones durante el período de inactividad.

Este es el mantenimiento óptimo que debería de tener una piscina antes, durante y después de su uso para poder usarla con total seguridad, tanto para nuestro bolsillo como para nuestra salud. Si no realizamos este mantenimiento durante el año (usemos o no, la piscina) debemos tener en cuenta que estaremos tentando a la suerte; podemos sufrir problemas de salud si usamos la piscina sin más tras un largo periodo de inactividad y un pobre mantenimiento, además de que podemos tener que pagar grandes (y caras) reparaciones que no nos costarían nada si nos hubiéramos hecho cargo a tiempo.

Dicho de forma más concreta, no mantener la piscina adecuadamente afecta de la siguiente forma:

  • A la salud: El agua sin tratar puede acumular suciedad, escombros, organismos no deseados como algas y bacterias, lo cual puede verse a simple vista a través de su color (agua negra, turbia o verde). Si nos bañamos en esta agua contaminada podemos contraer enfermedades, infecciones de la piel, problemas respiratorios y problemas gastrointestinales. De igual forma, el agua no es el único peligro: un mal mantenimiento de la infraestructura que implique el uso de trampolines, escaleras y demás también puede ser peligroso para nuestra salud, aumentando el riesgo de sufrir lesiones si hacemos uso de ellos.
  • A nuestro bolsillo: Una falta de mantenimiento dañará los equipos de la piscina, como la bomba, el filtro, el calentador y las tuberías, causando grietas y rupturas y resultando en una serie de reparaciones bastante caras.

¿Cómo poner una piscina a punto en poco tiempo tras un periodo de inactividad?

Como ya hemos mencionado, no está recomendado usar una piscina sin su correcto mantenimiento o cuidado. Sin embargo, si tenemos cuidado y sólo nos ocurre una vez, podemos optar por realizar un mantenimiento anterior a su uso que consiste en:

  • Haz una limpieza inicial.

Retira cualquier suciedad, hojas, ramas u otros desechos que puedan haberse acumulado en la superficie y en el fondo de la piscina.

  • Vacía el agua que ya tenía.

Si el agua ha estado en la piscina durante meses sin tratamiento, es probable que esté sucia y desequilibrada. Vacía toda el agua de la piscina, antes que nada ¡es importante!

  • Realiza una limpieza a fondo.

Una vez hayas vaciado el agua de la piscina, limpia las paredes y el fondo de la piscina con un cepillo adecuado y un limpiador específico para piscinas. Esto ayudará a eliminar cualquier residuo o manchas que se hayan acumulado durante el tiempo de inactividad.

  • Inspecciona el sistema de filtración y bombeo.

Asegúrate de que el sistema de filtración y la bomba estén en buen estado de funcionamiento. Limpia los filtros y reemplaza cualquier componente dañado si es necesario.

  • Haz las reparaciones necesarias.

Sabemos que quieres usar tu piscina cuanto antes, pero algunos asuntos requieren reparaciones urgentes ¡no lo olvides! Si encuentras alguna grieta o daño en la estructura de la piscina, asegúrate de repararlos adecuadamente antes de volver a llenarla.

  • Comprueba el nivel de pH de la piscina.

Una vez que la piscina esté limpia y llena de agua fresca, verifica y ajusta el nivel de pH y el equilibrio químico. Puedes usar kits de prueba de agua o llevar una muestra de agua a una tienda especializada para que te asesoren durante el análisis.

Siguiendo estos pasos, deberías poder reactivar tu piscina y disfrutarla en poco tiempo. Aun así, no lo olvides: un mantenimiento a tiempo te evitará seguir estos pasos y esperar más tiempo para disfrutar de tu piscina ¡merece mucho la pena!

Punto extra: Cómo mejorar todavía más su funcionamiento.

El mantenimiento básico de la piscina es clave para determinar su seguridad a la hora de usarla; sin embargo, existen aun más medidas que podemos tomar para mejorar nuestra piscina y maximizar su funcionalidad:

  1. Instala un sistema automático de tratamiento del agua.

Instalar un sistema automatizado de tratamiento de agua puede hacer que el mantenimiento de la piscina sea mucho más eficiente y preciso, ya que dichos sistemas pueden monitorear y ajustar automáticamente los niveles de pH, cloro y otros productos químicos, lo que garantizará un equilibrio químico óptimo en todo momento.

  1. Instala un sistema de descalcificación.

Si el agua de tu zona es especialmente dura y tiende a dejar restos de cal en la piscina, es buena idea seguir los consejos de Alati Oceánica S.L. y considerar la instalación de un sistema de descalcificación para arreglarlo. Estos sistemas eliminan los minerales que causan la dureza del agua, como el calcio y el magnesio, reduciendo así la formación de depósitos de cal en la piscina y en los equipos de la misma.

  1. Utilización de tecnologías de filtración avanzada.

Los sistemas de filtración avanzada, como los filtros de cartucho, los filtros de diatomeas o los filtros de vidrio reciclado, pueden mejorar la calidad del agua al capturar partículas más pequeñas y mantener la piscina más limpia.

  1. Uso de productos químicos de alta calidad y naturales.

Opta siempre que puedas por productos químicos de alta calidad y, si es posible, elige opciones más naturales y respetuosas con el medio ambiente para el tratamiento del agua de la piscina. Esto puede reducir la cantidad de productos químicos agresivos necesarios y minimizar cualquier impacto negativo en la salud y el medio ambiente.

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