Aunque no es ningún secreto y la mayoría de la gente lo sabe, la hamburguesa no tiene sus orígenes en Estados Unidos, como se suele pensar. Tampoco la pizza es patrimonio de los yanquis. Estos platos con mala fama, tienen unos orígenes más sencillos y saludables, en tierras europeas. Nada de comida basura como ha logrado hacer la tradición norteamericana, porque eso sí, su reconocimiento mundial como comida para foodies, si se lo debemos a nuestros amigos estadounidenses.
Matices al margen, lo que queremos transmitir es que la hamburguesa, originaria de Hamburgo, Alemania, tiene unos orígenes que nada tienen que ver con la “tradicional” hamburguesa. Más cercano al estilo gourmet que a la comida rápida, este plato que a nadie deja indiferente, cuenta con infinitas variantes en cuanto a preparación y presentación. Siempre que la base consista en una preparación de carne, aunque se admiten diversos tipos, pescados u otros ingredientes, presentada entre un pan en particular.
Solo los amantes de la cocina y, por supuesto de las hamburguesas con nombre propio, son capaces de convertir este plato en un plato gourmet. Por fortuna, cada vez son más los devotos y los restaurantes de hamburguesas, ofrecen recetas de lo más singulares. Nada como degustar una buena hamburguesa gourmet para comprobar sus muchas posibilidades y querer lanzarse a hacer nuestra versión casera. De la mano de los amantes de la buena mesa Caníbal Burguer, donde las buenas hamburguesas son ley, vamos a compartir algunos trucos para hacer la mejor hamburguesa en nuestras casas.
Si la hamburguesa es buena y además, hecha por uno mismo o misma… ¿qué más se puede pedir? Personalización al máximo, ingredientes al gusto y preparación al momento. Sin esperas, sin colas y con la garantía de saber que tiene todo lo necesario para deleitar a tu paladar.
Hecho en casa sabe mejor
Preparar una hamburguesa no resulta complicado. Al contrario, se trata de un plato bastante sencillo de preparar. Se elabora en poco tiempo y es en extremo versátil en cuanto a los ingredientes, a la par que básicos. Eso sí, siempre se puede ir más allá y buscar ingredientes de extrema calidad y con tintes más exóticos o extravagantes. Pero en su base, resulta sencillo y de fácil elaboración, con ingredientes al alcance de cualquiera.
Para obtener unos resultados de excepción, basta con seguir algunos truquillos y consejos, aunque como bien sabemos, cada maestrillo, tiene su librillo. La técnica y consejos que vamos a proporcionar, son totalmente válidos y extrapolables a cualquier tipo de hamburguesa, tanto si son de carne, ternera o buey, como si se elaboran con pollo, cerdo o pescado. Una vez elegida la hamburguesa que nos vamos a “fabricar”, solo falta la compañía, tal vez unas patatas fritas caseras (sin congelar) o una ensalada.
Los ingredientes base de la hamburguesa serán los siguientes, aunque recordemos que se pueden variar, en función de los gustos y el momento:
- Carne picada (ternera, buey, vaca…): 180 gramos.
- Yema de huevo (opcional): 1.
- Bacón: 2.
- Lechuga al gusto.
- Tomate al gusto.
- Queso que funda bien como cheddar, havarti, emmental…
- Mostaza de Dijon, kétchup, mayonesa o salsa al gusto.
- Panecillo de hamburguesa tierno.
- Pimienta negra molida.
- Sal.
- Mantequilla para tostar el pan.
- Aceite de oliva virgen extra.
Con todo esto en la encimera, toca ponerse manos a la obra. Ni que decir tiene que estos ingredientes son para una sola hamburguesa, en el caso de querer hacer más, algo muy probable, basta con multiplicar las cantidades por el número de hamburguesas que se desee hacer.
Lo primero de todo, antes de proceder, al comprar la carne, lo mejor es pedir que la piquen en el momento o picarla en casa, antes de ponerse a cocinar. Dejar una textura adecuada es esencial. Si se trata de ternera se puede mezclar con cerdo para que sea más suave. Añadir la yema de huevo a la carne y un poco de beicon muy picadito, salpimentar, mezclar bien y formar la hamburguesa. Como se ve, muy poco misterio.
Dejar reposar mientras preparamos el resto de ingredientes y complementos de nuestra hamburguesa. Durante ese reposo, cortamos el pan por la mitad, si se utiliza un brioche el punto será espectacular, se unta con mantequilla y se tuesta ligeramente en la plancha. Sobre el pan tostado, colocamos una base de lechuga u otras hojas verdes y una o varias rodajas de tomate.
Calentamos la plancha a fuego medio o fuerte, untamos la hamburguesa, que ya ha reposado suficiente, con aceite y la cocinamos unos dos o tres minutos sin tocar. Damos la vuelta y ponemos sobre la hamburguesa el queso elegido. Cocinamos unos tres o cuatro minutos más y retiramos. Colocamos la hamburguesa sobre la cama de tomate y lechuga, con el queso hacia arriba. Añadimos beicon y los complementos deseados como pueden ser pepinillos, cebolla (frita, caramelizada, cruda), echamos la salsa elegida y colocamos la tapa del pan.
Sencillo, rápido y más saludable que una hamburguesa de franquicia. Esta forma de proceder, como decimos, es igual para cualquier tipo de hamburguesa que hagamos. Se trate de una de pollo, de ternera o incluso vegana, respetar los tiempos de cocinado y formar la hamburguesa de la forma señalada, es esencial para que quede jugosa.
La importancia de la compañía
Sin duda, una buena compañía hace las delicias de cualquier momento. Si eso sucede con las personas, con los alimentos, ocurre lo mismo. De poco vale contar con una buena hamburguesa si la metemos en un pan rancio o la acompañamos de un tomate pasado. Prestar atención a los complementos, puede marcar la diferencia entre una hamburguesa normalita o una señora hamburguesa.
Teniendo claro que todas las hamburguesas cuentan con una serie de elementos comunes, prestar la atención necesaria a cada uno de ellos, resulta indispensable.
Empezando por los panecillos, tanto si se compran como si se hacen en casa, son parte esencial de este plato. Su función es doble: deben ser lo suficientemente tiernos para que comerlos sea un gusto y, al mismo tiempo, tener la consistencia suficiente para soportar el contenido, las salsas e ingredientes, sin romperse. Los panes se deben tostar ligeramente, aportando un sabor especial a la hamburguesa y proporcionando una textura crujiente y resistencia al pan.
Si nos pasamos a los complementos vegetales, lo más esencial, es lo que corresponde a la ensalada. En este punto, cabe todo, puesto que una buena hamburguesa, gana mucho con el añadido de la lechuga, rúcula, berros o canónigos y unas rodajas de tomate. La variedad es amplia y las opciones permiten experimentar con diferentes tipos de hoja verde que aportarán a la hamburguesa matices y sabores muy personales. Un consejo: colocarla abajo y cubrirla con el tomate, sobre este, la hamburguesa y a continuación, las salsas. La hoja protege el pan de la humedad del tomate, evitando que se deshaga.
Llegó el turno de la hamburguesa per se: la mejor hamburguesa es la que está hecha solo con carne, aunque para gustos, los colores y las especias. Puede aliñarse con hierbas, especias y poco más. No se trata de un filete ruso o albóndigas, por lo que todo lo extra sobra. El huevo, la leche o el pan rallado o de molde, pueden utilizarse si se quiere, es algo que va en gustos. Aunque la mejor manera de apreciar el auténtico sabor de la carne, es condimentarla con un poco de sal y alguna hierba o especia que resalte su sabor.
Mezclar la carne con trocitos de beicon muy picado, como sugerimos aquí, aporta más sabor a la carne y la grasa necesaria para que se sienta más jugosa. Una vez mezclada, se forma la bola sin tocar demasiado, se aplana y se dejar reposar a temperatura ambiente. Este paso es bastante importante para que la carne sea tierna, jugosa y adquiera los matices que la dotan de personalidad en la boca, es decir, el sabor autentico.
Para los más atrevidos, se puede meter en el medio de la carne algún ingrediente extra como foie o un taco de queso que fundirá al cocinarse, proporcionando un toque extra de sabor y contraste a la hamburguesa.
A la hora de cocinar las hamburguesas, para que queden perfectas hay que tener en cuenta los siguientes consejos:
- Dejar a temperatura ambiente por lo menos diez minutos antes de cocinarlas.
- Calentar la plancha sin añadir nada ni engrasar.
- Barnizar la hamburguesa con aceite y dejar en la plancha.
- No mover ni tocar la hamburguesa hasta que se haya cocinado la parte que toca la plancha.
- Para que quede al punto, basta con tres minutos por cada lado. Muye hecha cuatro y poco hecha, dos.
- Al darle la vuelta, colocar encima el queso para que funda al tiempo que se cocina.
Poco más podemos añadir al respecto de cómo hacer la hamburguesa perfecta en casa. Solo recordar que se trata de la base y que se puede variar de infinitas formas, basta con seguir los pasos básicos para que el resultado, sea de diez. Sin olvidar que pueden hacerse hamburguesas con una amplia variedad de ingredientes y personalizar al gusto. Ahora solo queda ponerse manos a la obra.