La estética es la mejor manera de construir el amor propio

Una de las cosas que aporta una mayor dosis de preocupación en la vida de las personas tiene que ver con su belleza, con su apariencia física. Es algo que nos parece lógico y normal porque vivimos en la sociedad de la imagen a día de hoy y hay pocas cosas que sean más importantes que cuidar de la imagen personal que se desprende de nuestro cuerpo. Por suerte, eso es más fácil que nunca en la actualidad y hay muchas posibilidades para que podamos hacerlo del modo en el que nosotros y nosotras queremos.

Antes de continuar, nos gustaría lanzar una pregunta: ¿cómo os sentís cuando os miráis ante el espejo? ¿Os consideráis guapos y guapas? ¿O creéis que tenéis un amplio margen de mejora en ese sentido? La verdad es que es complicado, o al menos puede llegar a serlo, el hecho de definirnos a nosotros y nosotras mismas. Digamos que no somos completamente objetivos en muchas ocasiones por el hecho de que o somos completamente críticos con nuestra imagen o somos lo suficientemente presumidos y presumidas como para sentirnos totalmente bien con lo que vemos. ¿Cuál es vuestro caso? ¿Sentís alguna de estas dos cosas?

A la hora de enfrentarnos a una cuestión como esta, podemos hablar de lo que conocemos como amor propio. Esto está más de moda que nunca puesto que ahora sí que se habla de autoestima en nuestra sociedad, algo que no sucedía antes ni mucho menos. Se suele decir que esa es una de las maneras que tenemos de conseguir los objetivos que nos hayamos planteado en algún momento de nuestra vida. Y es que no es para menos. Cuando sentimos que nuestro cuerpo responde a nuestras expectativas, tenemos la sensación de que podemos conseguir muchas más cosas que cuando la situación es más bien la contraria.

¿Cuál creéis que es la situación en la actualidad? ¿Suele la gente considerarse guapa o no tanto? La verdad es que podemos tener una opinión diferente en función de las experiencias que hayamos tenido con la gente que tenemos a nuestro alrededor. Lo que sí hay son datos, que es algo objetivo. Y esos datos, según el diario Abc, reportan que solo el 15% de las españolas se considera guapa. Es un porcentaje bastante pequeño para lo que nos esperábamos, no nos vamos a engañar. Además, solo la mitad de ellas se siente a gusto con una de las partes de su cuerpo más definitorias: los ojos. La verdad es que también se nos queda bastante pobre esa cifra.

Como seguro que estáis pensando, esto genera una influencia en lo que tiene que ver con el amor propio. Y de esto habla una noticia que vio la luz en la página web de Franca Magazine. Según ese texto, que analizaba un índice para conocer cuánto amor propio hay en el mundo, cerca de la mitad de la población mundial tiene más dudas sobre sí mismo o sí misma que amor propio. Como podéis suponer, esto implica problemas porque atenta de una manera directa sobre la autoestima. Y es que no es nada fácil tener que enfrentarse a los problemas teniendo dudas acerca de nuestro cuerpo, nuestra mentalidad o cualquier otra cosa que tenga que ver con nosotros y nosotras.

De ahí que la estética esté empezando a disponer de una importancia muy grande en la vida de la gente. Teniendo en cuenta que los factores inherentes a la imagen se encuentran más en auge que nunca, es realmente importante que cuidemos al máximo de ellos, incluso aunque no tengamos la capacidad de conseguirlos por nosotros o nosotras mismas. En el centro de estética Linaje han atendido numerosos casos de personas que necesitaban conseguir mejorar sus índices de amor propio y que decidieron potenciar su imagen personal para hacerlo. Lo que nos dicen desde el propio centro es que los “arreglos” preferidos para esto que les solicitan son el microblading, los servicios ligados a las cejas y pestañas y tratamientos faciales contra el acné y las manchas.

Son muchas las personas que han empezado a valorarse un poco más a sí mismas después de haberse sometido a alguno de los tratamientos de los que hemos hablado. La verdad es que no es para menos. La motivación que podemos encontrar para enfrentarnos a cualquier cosa en nuestra vida es mucho más grande cuando nos miramos en el espejo y vemos lo que queremos ver. Sentimos que es de ese modo como podemos dar lo mejor de nosotros y nosotras mismas. Y, cuando se tiene esa sensación, la consecución de nuestros objetivos está mucho más cerca de lo que podría estar en cualquier otro momento. Esa sensación es indescriptible y es algo que nos permite ser conscientes de lo felices que somos.

El final de la pandemia marcó un punto de inflexión 

La moral de los españoles estaba más por los suelos que nunca cuando llegó el momento de confinarnos en el mes de marzo de 2020. No fue una situación fácil en absoluto. Ya sabéis que en España nos encanta pasar tiempo fuera de casa, en los bares y en la calle, pero la situación por la que íbamos a pasar nos impedía por completo poder disfrutar de eso y de otros muchos planes más. Tener que quedarnos en casa nos suponía un estropicio muy grande para nuestros momentos de ocio, a lo que se unía el hecho de que la situación económica estaba marcada por la más absoluta de las incertidumbres.

Fue una época en la que casi nadie se caracterizó por el hecho de cuidar de su imagen. ¿Para qué íbamos a hacerlo si estábamos en casa, viendo solo a nuestros familiares? Como mucho, nos podríamos arreglar para una reunión o quedada por videollamada… o ni eso. Pero las cosas empezaron a cambiar de lo lindo a medida que nos fuimos dando cuenta de que la pandemia podría remitir. Es cierto que superamos diferentes olas y que la situación se extendió por muchos meses, pero cuando llegó el año 2022 y las últimas restricciones empezaron a caer, volvimos a retomar ese interés por el cuidado de nuestra imagen física. No era para menos.

Fue en ese momento cuando se despertó un interés por la estética mucho más grande que el que ya existía antes de la llegada del coronavirus. De alguna manera, todos y todas queríamos recuperar el tiempo perdido y le atribuíamos una especial importancia a nuestro físico para ello. Era una manera de reforzar nuestro estado mental, de ver la nueva realidad como si hubiese sido preparada para nosotros y nosotras, como si en ella fuéramos a ser capaces de vencer todos los problemas que nos pudieran surgir. Para muchas personas, aquello fue empezar de cero y la verdad es que, en cierta medida, así lo era. El tiempo perdido tenía que ser recuperado y lo íbamos a hacer con la estética por bandera. ¿De qué otro modo podía ser?

Desde entonces, se está manteniendo el interés por cuidar de nuestro cuerpo y cara. Es una realidad que no podemos esconder y que está haciendo que mucha gente se enfrente al día a día de otra manera, de un modo en el que hay más garantías de éxito. Nos podemos enfrentar a una única realidad, peor o mejor para nuestros intereses, pero lo que está claro es que no lo vamos a hacer de la misma manera siendo conscientes de que nuestra imagen nos ayuda que si sabemos que nuestro cuerpo o cara presenta algún defecto que tenemos miedo que las demás personas descubran. La situación cambia de un modo sideral entre una cosa y la otra.

El cuidado del físico va a seguir siendo algo muy importante de cara a los años que están por venir. Es algo que cada vez arroja menos dudas. Y está claro que no todo va a depender del deporte o de la genética, os lo podemos asegurar. Necesitamos cierta ayuda estética para sacar partido a todas las características que hemos sabido destacar. En eso estamos muchos y muchas y la verdad es que es el camino correcto, la manera de sacar adelante cualquier cosa que podamos tener en mente y cualquier objetivo que quizá en algún momento hemos visto muy difícil y que ahora es más asequible de lo que podríamos haber imaginado en algún instante del pasado.

Un último consejo: todavía sigue habiendo personas que consideran que la belleza natural es la única válida, la única que merece la pena, y que “no tiene mérito” acudir a un centro estético para mejorar alguna de las cosas con las que no terminamos de estar cómodos y cómodas. Nuestro consejo es que no hagáis caso de esas opiniones y que valoréis única y exclusivamente el hecho de que estéis bien con vosotros y vosotras mismas, con vuestros cuerpos, con aquello que os devuelve la mirada cuando os ponéis delante del espejo. No hay nada que merezca más la pena que eso.

¿Te gusta este artículo?

Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
Compartir Linkedin
Compartir en Pinterest