Debido a la situación económica que está atravesando el país, muchas personas se plantean la idea del autoempleo, de montar un pequeño negocio. Para ello, además de la ilusión, las ganas de salir adelante, la iniciativa de emprendimiento y de contar con unos pequeños ahorros para el inicio, debemos tener en cuenta múltiples vertientes relacionadas con el tema, como pueden ser asuntos legales, laborales, de contabilidad, administrativos, etc., por lo que lo primero es contar con un buen asesoramiento, lo que es sumamente importante, y si el negocio que deseas emprender va a situarse en Santander, en Trámites Fáciles Santander te podrán ayudar y asesorar ya que cuentan con personal especializado en laboral, contable, derecho civil, penal, laboral o mercantil.
De hecho, incluso fuera de Santander puedes pedir su ayuda y te atenderán amablemente. A mí me recomendaron esta asesoría unos amigos que son de San Vicente de la Barquera y les pedí sus consejos para abrir una clínica estética que tengo en Madrid. Lo hicieron todo de forma muy ágil para que no perdiese el tiempo y la verdad es que enseguida comencé a sacarle rentabilidad al negocio y estoy muy contenta.
En primer lugar, a la hora de abrir el negocio, deberemos pensar en la ubicación que mejor se adapte a la actividad del establecimiento que deseamos abrir, por ejemplo una tienda de ropa de mujer o de hombre, o una tienda de artículos de regalo siempre estarán mejor ubicadas en una calle céntrica, con un importante trasiego de gente que se pare a observar el escaparate pues de este modo tendrá siempre mayores porcentajes de venta, el siguiente paso será buscar un local con las dimensiones adecuadas para la actividad que deseemos desarrollar. En la negociación con el propietario también debemos tener en cuenta que posiblemente necesitemos asesoramiento legal sobre las condiciones del contrato de alquiler.
Con el local ya decidido, para adaptarlo a nuestras necesidades necesitamos saber qué tipo de obras tendremos que realizar, pues dependiendo de su envergadura, podrán ser consideradas como obras menores o mayores, y los requerimientos y documentación que se debe presentar ante las oficinas municipales serán totalmente diferentes dependiendo de esa clasificación. Si solamente se necesitan obras de escasa entidad que no afecten a la estructura del edificio, tales como sustitución de suelos, carpintería, pintura, supresión de barreras arquitectónicas…, estas tendrán la consideración de obras menores y bastará con la presentación de un escrito junto con el DNI, una memoria de las obras y el pago de tasas correspondientes, ante el ayuntamiento comunicando su inicio será suficiente.
Ahora bien, si el local tiene un cambio de uso, o las obras son importantes como ampliación de superficie o volumen del local, nuevas instalaciones de fontanería o electricidad que afecten a las generales del edificio, forjados, etc. será necesario presentar un proyecto técnico firmado por un profesional competente en la materia, que puede ser un arquitecto, un ingeniero industrial, etc. En el caso de que el edificio esté catalogado o dentro de la zona de protección de Patrimonio Cultural también se necesita proyecto técnico e informe vinculante de la Comisión Provincial de Patrimonio, además del informe favorable del técnico municipal. Una vez finalizadas las obras, y presentado el certificado final de obras comunicaremos el inicio de actividad en la oficina pertinente del ayuntamiento.
El papeleo parece que no termina nunca
Los temas administrativos no finalizan aquí, pues tendremos que pensar en los temas fiscales, darnos de alta en el IVA, plantearnos si nos interesa o no formar una sociedad, cómo será el alta en la seguridad social, como autónomos o como trabajadores por cuenta ajena, cómo gestionaremos la contabilidad, si seremos capaces de hacerlo nosotros mismos o contrataremos los servicios de una gestoría. Para negocios pequeños o de tamaño medio, es decir, las pymes, funciona muy bien el programa de gestión y facturación de Zíclope.
Hay que pensar también que otro paso es contactar con los proveedores, seleccionar las prendas, artículos, o productos que deseemos ofrecer a nuestros futuros clientes, negociar las condiciones de pago, devoluciones, plazos, etc., estar al día en cuanto a modas, novedades, tendencias…
En fin, la apertura de un establecimiento siempre es un paso importante en nuestra vida, pero seguro que merecerá la pena, y no será tan difícil si nos dejamos ayudar por una buena gestoría que sepa bien cómo funciona todo.