Trabajo todo el día delante del ordenador y de un tiempo a esta parte noto a diario un fuerte dolor cervical. La postura desde luego no es buena, y al final del día no aguanto el dolor de cabeza, de cuellos y de espalda. Aun encima se me han roto las gafas, y por pereza o por lo que sea todavía no he ido a comprar unas nuevas, y llevo más de una semana escribiendo sin ellas, lo que me provoca todavía más dolor de cabeza. Aunque supongo que el estrés tiene buena parte de culpa en todo esto de mi contractura cervical. Este año ha empezado fuerte y con mucho trabajo en oficina, enfrentándonos a nuevos retos y mercados. Necesito relajarme.
Aunque mi trabajo me gusta, todo tiene un límite, así que el pasado fin de semana me planté y decidí no dedicar ni un solo segundo al curro, solo descansar, comer y relajarme, leer un buen libro o ver una peli antigua, cosa que hace mucho tiempo que no hago.
Mi plan de relax y paz empezó ya el viernes por la noche. Pedí una cita de quiromasaje en un centro de estética que me habían recomendado y nada más terminar de hacerlo, apagué el ordenador y le saqué el sonido al móvil. No existía para nadie. Y el sábado por la mañana estaba en un centro de quiromasaje y bienestar .
¡Qué maravilla de día! Y lo mejor el trato amable y personalizado de su equipo profesional, conocedores de las más antiguas técnicas dirigidas a mitigar los dolores musculares, ya sea debido a la tensión, de bloqueo energético o de falta de tono, a partir de la utilización de fricciones, presiones, percusiones o estiramientos, acompañándose de productos que faciliten una mejor cualidad del «toque»: cremas, aceites o esencias. De esta forma trabajan sobre las tensiones musculares, ayudando también a desbloquear líneas energéticas (Meridianos de Acupuntura) y articulaciones; mejora el drenaje de fluidos (linfa, sangre) y optimiza el funcionamiento de los órganos. Sin olvidar, por supuesto, el efecto equilibrante (relajante o tonificante) que tiene el contacto terapéutico de un profesional en el cuerpo de otra persona.
¿Qué es el quiromasaje?
Los beneficios del quiromasaje, del que existen testimonios escritos o gráficos en la Corte de los Emperadores Chinos, en el Antiguo Egipto, en Irán, en Asia, en la antigua Grecia o en el Imperio Romano, han llegado hasta nuestros días evolucionando desde las técnicas más simples hasta el desarrollo específico de algunas para aliviar dolencias concretas de nuestro cuerpo y/o nuestro organismo.
Piel: las diferentes fricciones, manipulaciones van eliminando las células muertas, a la vez que se hidrata, tonifica o reafirma en función de los diferentes tipos de cremas y aceites esenciales que se utilizan para facilitar la presión sobre esta, como aceite de argán, aceite de caléndula, aceite de romero, etc… Esto siempre mejorará el efecto del “toque”.
Aparato circulatorio: la continua presión favorece la circulación de la sangre y la oxigenación de las células, lo que lo hace especialmente recomendable para las personas que padecen problemas circulatorios, varices, piernas hinchadas, etc…
Sistema linfático: mejora el drenaje de fluidos (linfa, sangre) y optimiza el funcionamiento de los órganos al eliminar los desechos acumulados en el cuerpo.
Sistema nervioso: el efecto del quiromasaje es altamente relajante, aunque dependiendo de las necesidades específicas de cada uno, se pueden realizar algunas manipulaciones que podrían tener un efecto más estimulante.
Sistema músculo-esquelético: los diferentes toques y masajes favorecen la mitigación de muchos dolores de huesos y músculos.
Vigorizante e higiénico: cualquier persona puede disfrutar de los beneficios del quiromasaje, ya que no es una técnica exclusivamente destinada al tratamiento de personas enfermas. En personas sanas provoca un maravilloso efecto altamente placentero similar a una sesión de gym, una sauna o baño turco.
Deportivos: el quiromasaje realizado a los deportistas antes de la competición permite el relajamiento de los músculos, lo que favorecer el rendimiento y la resistencia del mismo.
Psicológico: a nivel psicológico ejerce un beneficioso poder calmante y relajante, tanto del cuerpo como de la mente, descontracturando el primero , mientras la mente descansa en un remanso de paz, que podrás alargar durante todo el día, todo lo que necesites, sólo depende de ti.
El Masaje Tailandés
Otro tipo de masaje que también consigue dejarme como nueva es el masaje tailandés que, como bien dicen en thaimassage.es, es una una fusión armónica entre masaje, yoga y meditación.
Lógicamente este tipo de masaje no es para todo los públicos pues no todos son capaces de entender la meditación en sí, pero si eres de los que deja salir sus energías buscando un alivio tal vez este sea el masaje que necesitas.