Hace unos días estuve hablando con una amiga de cómo hemos tenido modas juveniles de todos los tipos y colores. Quizá, las más horrible haya sido las de los años 90, algo que hace que yo salga perjudicada porque fue mi juventud, pero es que revisando fotografías de esa época alucinas en colores.
Actualmente la moda ha cambiado mucho y la parte positiva es que hay diversidad (no mucha, la verdad, pero sí un poco). Por ejemplo, es fácil encontrar a niñas de 15 años con pantalones vaqueros tan cortos que enseñan el cachete del culete al lado de amigas que llevan leggins y un look mucho más deportivo. Pero también está la moda frikie, la moda vintage, la hippy, etc. En live4everteen.es tenéis un poco de todo y a precios bastante asequibles. De calidad tampoco están mal y es moda bastante original, nada de Inditex.
Pero claro, es que ahora entran a una web, eligen qué quieren llevar y lo compran con un solo click. En mi época tenías que patearte todas las tiendas y ¡Atención! Casi todas estaban a pie de calle en diferentes zonas así que tenías que caminar, no teníamos la suerte de tenerlas todas en un mismo centro comercial.
¿Os dais cuenta de que hablo como si hubieran pasado 2000 años y de eso sólo hacen 20? Pero es que han cambiado tanto las cosas…
Sin embargo, a pesar de que yo pienso que la de los 90 fue horrible, según las redes sociales y varios artículos en Internet la que se lleva la palma de oro fue la juventud de los 2000. Por lo visto el mundo online está de acuerdo, de manera generalizada, con que los 90 fueron una época bakala, en la que la ropa interior se ponía a la vista y cosas parecidas pero, a pesar de parecer esperpentos, guardábamos cierto recato. En los años 200 la juventud fue disminuyendo el tamaño de su ropa hasta índices mínimos mientras que se alargaban vestimentas en contradicción a lo anterior dependiendo del estilo que quisieras llevar. De este modo podías ver a jóvenes con pantalones de campana que arrastraban por el suelo, completamente deshilachadas por el roce contra el asfalto y chicas monas con minifaldas cinturón que no podían moverse para no enseñar su tesorito.
Pantalones anchos, faldas cinturón y flequillos enormes
Pero lo de los pantalones no era sólo cosa de los campana, no, cualquier pantalón tenía que arrastrar, recogiendo toda la mierda del suelo, y cuanto más ancho fuera el camal mucho mejor. Daba igual que fueras gótica que heavy o popera, los pantalones siempre anchos y arrastrando.
En lo referente al colorido, cuando más estridente mejor. Camisetas naranja butanero con pantalones lila, roca chicle y azul eléctrico, o amarillo piolín y azul marino. Y claro, como el pantalón arrastraba tanto, si llovía se empezaba a mojar el camal por debajo y llegabas a clase con agua hasta la rodilla. Como cuando metes la punta de una servilleta en un vaso de agua y acaba empapada hasta la mitad. Y si querías ser “cool” ¿qué tenías que hacer? Pues sencillo, te ponías una falta encima del pantalón de pata de elefante ¿Para qué? Pues no sé, pero era la moda.
Los riñones al aire, porque las camisetas debían ser cortas y los pantalones o faldas debían llevarse bien sueltecitos por debajo de la cadera y como las minifaldas eran tan diminutas al final lo que llevabas era un puñetero cinturón, básicamente. Enseñar el tanga era algo horrendo, ahora lo sé, pero en ese momento a algunas niñas les molaba. Ibas paseando por la calle, veías a una adolescente sentada y “toma tanga”.
Los chicos, en contraposición pero sin perder la línea, se ponían pantalones siete tallas más grandes que ellos y con un cinturón se lo fijaban a los cachetes del culo. Así se veían bien los calzoncillos al aire y luego el pantalón.
Los escolares llevaban la mochila bien abajo, tirando hacia atrás con todo su peso y estropeándose bien la espalda. Pero que ni se te ocurra intentar acostarles un poco el tirante porque te mandarán a freír espárragos muy pronto.
Y si no el pelo… el 90% de los jóvenes llevaban flequillo, pero flequillos enormes, gigantes, que casi había más pelo en el flequillo que en el resto de la cabeza. Hacia un lado, hacía delante, con tupé… eso daba igual, pero con flequillo.
Éramos horribles… pero ¿cómo se verá la moda juvenil actual dentro de 20 años?