Hay situaciones en la vida que repetimos una y otra vez sin darnos cuenta, y esto es algo que hacemos de manera inconsciente. No nos damos cuenta de nuestros pequeños tics nerviosos, y tampoco de la manera en la que arqueamos la espalda, y podría seguir, pero al punto al que quiero llegar es que hemos automatizado una serie de tareas que no nos benefician.
Una de estas tareas destaca sobre las otras, y no es ni más ni menos que no leer. Si, a mucha gente le puede doler, pero esa pila de libros que está cogiendo polvo en tu comedor no hace más que demostrar que leer es algo tan lejano como ir al gimnasio en junio, al menos para mucha gente.
Existen muchos motivos por los que la gente ha dejado de leer, pero principalmente es por el uso que hacemos de los dispositivos electrónicos. Hay mil estímulos que llaman nuestra atención, y que nos alejan de la tranquilidad de un buen libro. Sin darnos cuenta estamos olvidándonos de los beneficios que genera la lectura.
Con el fin de recordarlos, en el artículo de hoy vamos a hablar de los beneficios de la lectura, porque cuando leemos no solo vivimos aventuras, sino que nuestro cerebro se ejercita. Y no solo el cerebro, sino los ojos, ya que leer ayuda a relajar la vista y a aliviar el cansancio provocado por las pantallas.
Los beneficios derivados de la lectura
En primer lugar, vamos a destacar el más importante, y son los beneficios a nivel cognitivo. No importa el libro que estés leyendo, ya sea una novela o un relato corto, leer ayuda a mejorar nuestra capacidad de abstracción, además de la concentración y la imaginación. Se producen grandes desarrollos en la capacidad de comprensión gracias a que se crean mayores conexiones neuronales.
Generar conexiones culturales favorece a que nuestro cerebro disponga de mayores tejidos conectivos, lo que puede ayudar en un futuro a retrasar enfermedades como el Alzheimer. Simplemente por este motivo, todos deberíamos de leer algo antes de acostarnos, pero aún hay más.
En segundo lugar, como con todo hábito positivo se producen mejoras en nuestra manera de afrontar las situaciones. Y leer ayuda, en concreto, a reducir el estrés. No es un mito ni una mentirijilla que han inventado las editoriales, la lectura ayuda a focalizar nuestra atención en otros campos lejos de los problemas del día a día.
Y esto genera que se reduzca los niveles de cortisol, una hormona que está relacionada con el estrés y que hace que nuestro cuerpo se active. Por lo tanto, si cuando llegas a casa estás estresado, no mires el Facebook o Netflix, mejor coge un libro y sumérgete en una aventura que te saque fuera de tu realidad.
Por último, leer antes de dormir puede ser mejor que tomar pastillas. Si hemos visto que leer baja los niveles de cortisol, y por tanto de estrés, el mirar un libro y no una pantalla de móvil u ordenador nos permitirá evitar las luces azules de los dispositivos que estimulan a la vista y dificultan el descanso.
Existen muchas excusas para empezar a leer, y existen editoriales con catálogos realmente extensos, como el de Ediciones Aljibe, una empresa con 25 años de experiencia, y que es referente en publicaciones de temática educativa, especialmente en la atención a las Necesidades Educativas Especiales.
En conclusión, leer es una de esas modas inmortales, y no hemos de perderla por mucho que nos cueste coger el hábito de lectura, porque nuestra salud nos lo agradecerá.