Cada año, por estas fechas (mes arriba o abajo) hacemos posts en este blog dando consejos para mejorar la eficiencia energética de nuestros hogares. Y es que encender el aire acondicionado en casa, todos los días durante dos meses como mínimo, hace que la factura de la luz llegue a cotas inimaginables el resto del año. Supongo que en los países más fríos ocurrirá lo mismo pero al revés, en los meses invernales la factura de la luz subirá como la espuma y en los más cálidos podrán ahorrar un poco de energía. Pero ¿sabéis cuál es realmente el problema? Pues que esos países realmente están preparados para el frío, nosotros no lo estamos para el calor.
Me explico. Mientras que en países como Noruega, Findlandia, Islandia, e incluso el norte de Inglaterra, Francia o Alemania llevan años construyendo viviendas eficientes, con buen aislante, buen sistema de climatización y buenos materiales, en nuestro país lo que llevamos años es abaratando el gasto en la construcción para conseguir ganar más dinerito. Si bien es verdad que de un tiempo a esta parte todas las nuevas construcciones deben cumplir con un mínimo de eficiencia y calidad (y lo hacen) hace 5 años la ley era mucho más permisiva y ya no te digo hace 15 o 20. Y es que cabe recordar que no todos nos hemos podido mudar recientemente, incluso los que sí se han podido mudar lo han hecho a viviendas de segunda mano que ya cuentan con muchos años de construcción.
Mi casa, en el sureste de España, tiene la friolera de 40 años, como el resto del edificio lógicamente y muchos de los de mi barrio (uno de los más antiguos de la ciudad), y para que os hagáis una idea os diré que entre las paredes exteriores y las interiores del piso ni siquiera hay cámara de aire, en otras palabras, que a no ser que levantemos otra pared interior en todas las habitaciones no podemos instalar aislante así que, es lo que hay.
Hoy, en 2021 y con la pandemia acechando en cada esquina, de nuevo tengo la tentación de volver a dar los consejos de cada año pero he decidido haceros solo un pequeño resumen al respecto:
- Airea toda la casa creando corrientes con las ventanas durante al menos 15 minutos a primera hora del día y a última hora de la tarde.
- Mantén cerradas las ventanas el resto del tiempo, a no ser que corra brisa y se esté bien de temperatura con todo abierto.
- Baja persianas y pon cortinas opacas para evitar la entrada de los rayos del sol en nuestras estancias.
- Si tus ventanas no son eficientes instala burletes para hacerlas un poco más herméticas y evitar así la fuga de frío-calor.
¿Y por qué opto por hacer ese pequeño resumen esta vez únicamente? Pues porque ya está bien de dejar todo el peso en las espaldas de los ciudadanos, necesitamos ayudas para poder adecuar nuestras viviendas (nuevas o viejas) a las necesidades actuales y las necesitamos ya. Por nosotros, por nuestra economía, y por el mundo que vamos a dejarle a nuestros hijos si no paramos el cambio climático.
Placas solares
Ya está demostrado, sobradamente, que las placas solares para autoconsumo son probablemente la mejor opción que podemos tener actualmente para poder generar nuestra propia energía totalmente limpia.
Los parques de placas solares fotovoltaicas están genial, pero la realidad es que si construimos la cantidad de parques de placas solares que necesitamos para abastecer a todo el planeta de electricidad vamos a acabar cargándonos los pocos campos que nos quedan.
Tal y como nos explican desde Amagisolar, empresa instaladora de placas solares para autoconsumo en Madrid, aunque la idea de que las grandes eléctricas se adapten a las nuevas necesidades del planeta construyendo estos parques de placas solares del mismo modo en el que ya construyeron los eólicos, la realidad es que el sol que verdaderamente necesitan para cargar esas placas no están en todos los países.
No es lo mismo conseguir sol para autoabastecer una vivienda unifamiliar que un edificio de viviendas y del mismo modo no es lo mismo conseguir sol para abastecer a un país que a todo un planeta. En otras palabras, que solo países como España, Grecia, Italia y todos los que se encuentren en esa línea del meridiano son los realmente interesantes para instalar esos parques de placas solares fotovoltaicas. ¿Os imagináis la cantidad de kilómetros de parques que se deberían construir en estos países para abastecer a todo el mundo? Sería inviable.
Por eso en Eficiencia V, instaladores de placas solares térmicas en Cádiz, advierten de que la mejor opción es que cada cual autogenere su propia energía en la medida de lo posible y las grandes eléctricas, con dichos parques, abastecerán a aquellos ciudadanos que verdaderamente no tienen posibilidad técnica de instalar dichas placas.
Una idea sería que España presentara un plan de ayudas (de los buenos, no de los que no ayudan nada) para que todas las comunidades de vecinos puedan instalar placas solares en los rejados de sus edificios con el fin de que generen su propia energía y solo aquellos edificios que carezcan de espacio en el tejado se abastecerán de la red general. Además, esas ayudas también serán para las viviendas unifamiliares y urbanizaciones de adosados, para que todos puedan autogenerar su propia energía, de modo que sean muy pocos los que no tengan más remedio que engancharse a la red eléctrica general a un precio, por supuesto, muy inferior al actual del kilowatio.
Si hacemos eso, en todo el planeta, aunque haya viviendas que no estén preparadas eficientemente, sus residentes podrán mantener la casa caliente o fresca según la época del año sin emitir un CO2 horrible a nuestra atmósfera y sin dejarse la nómina en la factura.
Además, lógicamente, ¿por dónde se escapa casi siempre el frío o el calor de nuestras casas? Por las ventanas, ¿verdad? Por eso el Plan Renove de Ventanas que ya tienen muchas comunidades ha de ser mayor. Según nos explican desde La Ventana Perfecta, hay comunidades como Madrid, Comunidad Valenciana, Andalucía o Navarra que ya cuentan con ese plan renove pero otras muchas se hacen de rogar. Por eso, lo ideal sería que ese plan existiera a nivel nacional y, por supuesto, que se incrementasen las ayudas notablemente en comparación a lo que dan ahora.
Lo necesitan nuestros ciudadanos que no llegan a fin de mes, lo necesita nuestra salud, pero también lo necesita el planeta porque al ritmo que vamos, y teniendo en cuenta que no conseguimos bajar el CO2 al ritmo que nos gustaría, vamos a cargarnos el planeta en menos que canta un gallo. Son muchos los avisos se nos están dando: inundaciones, pandemias, tormentas increíbles, olas de calor insoportables y cambios de temperatura extremos que cada año asolan cientos de regiones.
Hay que ponerse las pilas, y hay que hacerlo ya.