Cáceres es una ciudad y provincia ubicada al norte de Extremadura, y es, además, la misma capital de esta Comunidad Autónoma. Fue fundada en el 34 a.C., tiene una media de 95.456 habitantes y posee una extensión de 54,8 hab./km².
Posee un entorno idílico de sierra que lo hace una parada maravillosa para las rutas de senderismo, y, además, posee una gastronomía y una rica cultura oral que es digna de conocer, sobre todo si es la primera vez que vas.
Hoy, te presentamos Cáceres y su leyenda de San Jorge.
Cáceres, una ciudad donde puedes hacer mil cosas distintas
Cáceres es una ciudad tan diferente a las que has visto hasta ahora que, por unos momentos, parecerá que has viajado en el tiempo hasta otra época. Porque sus castillos, con casco histórico y sus leyendas te absorberán y te harán parecer que has cruzado un portal interdimensional para conocer un pasado remoto que no sabías que existía.
Por otro lado, la Cáceres más actual posee un conjunto de actividades, emplazamientos y estructuras adaptadas a todas las personas que te hará disfrutar de unos días de descanso, actividades culturales y ocio que harán que tu estancia en Cáceres sea algo mágico e inolvidable.
Porque en Cáceres podrás disfrutar tanto de una parte de la ciudad antigua como una parte más moderna en la que te sentirás cómodo y a gusto.
¿Qué puedes hacer en Cáceres?
En Cáceres puedes encontrar una enorme cantidad de posibilidades para disfrutar de su ciudad y de su entorno. Basta con que entres en la página de turismo de la ciudad y lo compruebes por ti mismo.
Pero no solo tenemos que hablar de sus costumbres, de sus edificios o de sus sierras. Porque una de las cosas que embellece una ciudad es su mitología, su leyenda… y eso es, precisamente, de lo que venimos a hablar hoy.
La belleza de las leyendas de transmisión oral
Algo que embellece y exalta una ciudad es la tradición que trae consigo, las leyendas y mitos que, hace años, nuestros abuelos y bisabuelos se contaban unos a otros en la hoguera, sentados al fuego y cenando cómodamente con los nietos.
Es que, si hay algo de lo que vive una ciudad, es de su transmisión oral, y esto que la hace única y diferente del resto.
Para explicar esto, tendríamos que remontarnos a los antiguos prehistóricos, donde era más que probable que estos hombres antiguos se sentasen en torno a la hoguera para hablar del día a día, de cómo habían cazado al jabalí de hoy… y, por supuesto, de los cuentos para asustar a los niños para que no saliesen solos de noche.
Si avanzamos más en el tiempo, hacen aparición los conocidos juglares.
Estas personas aparecieron durante la Edad Media, y hacían mención a aquellas personas profesionales de las artes escénicas que iban de pueblo en pueblo para entretener al público, ya fuesen con canciones, poemas o… sí, mitos y leyendas. En definitiva, era esas personas que usaban la transmisión oral (es decir, el boca a boca) para trasmitir cuentos populares y leyendas. De hecho, si hoy conservamos muchas de estas historias no es más que porque, gracias a la transmisión oral, han ido pasando de padres a hijos hasta llegar hasta nuestros días. Y porque, gracias a Dios, algunos escribas escribieron algunas de sus leyendas para que no cayesen en el olvido.
¿Qué peligro tenía esto?
La variabilidad y la fiabilidad. ¿Has jugado al teléfono? Es ese juego en el que un niño dice una frase en el oído del otro, y este tenía que susurrarle en el oído al siguiente jugador lo que el pensaba que había escuchado. No te sorprenderás escuchar que lo que el primer niño decía en el oído del primero no es en absoluto lo que el último niño va a decir en voz alta. ¡De hecho, eso producía muchas risas entre el grupo de amigos!
De igual modo, una leyenda que haya ido pasado de padres a hijos, a lo largo de los años y con el boca a boca, no va a ser, ni por asomo, totalmente fiable. Esto es así porque sus inicios serían totalmente diferentes a como nuestros padres nos la han contado hoy día. Puede que en la base se mantenga y sea la misma… pero la historia habrá ido cambiando algo con el boca a boca y no será como lo era al principio de los tiempos.
La leyenda de San Jorge, la más conocida de la ciudad
Hay una razón por la cual San Jorge es el patrón de la ciudad, y es por la leyenda que encierra en su interior. Como acabo de explicar, esta leyenda de transmisión oral fue contada de padres a hijos, por lo que es altamente probable que cómo se conocía hace ya varias décadas no sea, ni por asomo, cómo se conoce hoy día.
Y, en Cáceres, la leyenda que más se hace de notar y la más conocida es, sin duda, la Leyenda de San Jorge, leyenda que da lugar a una festividad muy conocida en la ciudad.
Os contamos la leyenda:
San Jorge llega a Silca, en Libia, donde había cerca un lago que ocultaba un bello y poderoso dragón, tan grande y de tal fiereza que amedrentaba a toda la región.
Para que el dragón no atacase la ciudad, sus habitantes le echaban al lago, cada día y sin excepción, dos ovejas. De esa forma, el dragón se alimentaba y no los molestaba. Hasta que los ganaderos se quedaron sin ovejas… y, poco a poco, empezaron a arrojar personas vivas. Hasta que le tocó a la hija del rey.
Este intentó negarse: “Os doy todo mi oro y tierras si, a cambio, no ofrecéis a mi hija”.
Ellos se negaron, debido a que fue el propio rey quien propuso entregar a personas. La razón era simple: ellos habían perdido a sus hijos, y su hija no iba a ser diferente. SI se negaba, advirtieron, quemarían su casa y a él mismo.
El rey quiso aplazarlo ocho días para que, esos días, pudiese llorar esas pérdidas. Esta vez, accedieron su petición. Tras estos días, le exigieron arrojar a su hija.
Viendo que no podía salvarla, la vistió de gala, llorando por ella, y la bendijo.
Cuando la chica iba rumbo a cumplir su destino… se encontró a San Jorge. Y, al verla afligida, quiso saber el origen de sus lágrimas.
Esta le contó la situación, y ella le pidió que siguiese su rumbo sin temor, pero él le insistió porque no parecía querer moverse, enfadado por las personas que la seguían dispuestas a ver “un espectáculo”.
Una vez supo la verdad, San Jorge no quiso moverse, y dijo que le ayudaría en el nombre de Cristo. Entonces, el dragón sacó la cabeza de las aguas, nadó hasta la orilla y avanzó hacia estos dos. La chica quiso que él huyese. Este, empero, se acomodó en su caballo, se santiguó y, tras espolear su cabalgadura, fue hacia la bestia y hundió su arma en el cuerpo del animal, hiriéndole en el acto.
Tras esto, le pidió a la chica que, sin miedo, se quitase el cinturón y atase al dragón.
Una vez hecho esto, San Jorge tomó el extremo del cinturón y, como si fuese la correa de un perro, lo llevó a la ciudad como una mascota doméstica. Una vez en la muralla, vio al público, congelado, todos estos gritando:
“¡Ay de nosotros! ¡Vamos a morir sin remedio!”
San Jorge, a pesar de sus gritos, trató de tranquilizarlos como buenamente pudo:
“No tengáis miedo”, es dijo, “Dios me Dios me ha traído hasta esta ciudad para libraros de este monstruo. ¡Creed en Cristo y bautizaos! ¡Ya veréis cómo yo mato a esta bestia en cuanto todos hayáis recibido el bautismo!».
Automáticamente, el rey y todos los habitantes de la ciudad se bautizaron gracias a San Jorge. Y este, una vez todos terminaron esta ceremonia y se hubieron transformado al cristianismo, en presencia de la multitud desenvainó su espada y, con ella, dio muerte en el acto al dragón sin pensárselo.
En agradecimiento, el rey mandó construir una iglesia enorme, dedicada a Santa maría y San Jorge. Al pie del altar de dicha Iglesia, además, se cuenta que comenzó a manar una fuente de agua milagrosa y bendecida por dios que dice que cura enfermos que beban de ellas, sanando dolencias y enfermedades que les aquejase. Además, el rey le dio una enorme cantidad de dinero que el santo no aceptó… pero que sí que le rogó al rey que la destinase a los pobres.
Festividad de San Jorge
Los regentes de Apartamentos Afala recomiendan encarecidamente a los turistas no perderse la festividad asociada a esta leyenda, festividad que comienza el 22 de abril y se compone de e compone de un desfile, una representación teatral, la quema del dragón y la búsqueda de los huevos de oro.
Es bueno saber, además, que los peregrinos que hacen el Camino de Santiago han de pasar por Cáceres… así que, quizás, si coinciden con sus fechas de peregrinación, sería bueno para ellos contemplar estas fiestas tan bonitas y esperadas a lo largo del año.